Nada más llegar a la casa de Simón y Andrés, le llevaron junto a la suegra de Simón que se encontraba en la cama con mucha fiebre. Se acercó a ella y lentamente la tomó de la mano, la levantó con mucho cuidado (estaba llena de granos con pus).
Y de pronto la fiebre la abandonó (como un marido que se va a por tabaco y no vuelve) y ella se puso a servirles.
Al atardecer, en plena puesta de sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados, la ciudad entera se encontraba frente a la puerta (como en plenas rebajas).
Jesús curó a muchos de los enfermos (los que menos repelús daban y los que peor estaban)también expulso a muchos demonios, aunque no les dejaba hablar pues le conocían. (y podian sacar sus trapos sucios)
Marcos 30-34
viernes, 9 de noviembre de 2007
Curando enfermos sin control
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