viernes, 9 de noviembre de 2007

Los dicípulos se separan de Jesús

Jesús salió de allí seguido de sus dicípulos dirección a su patria.
Llegó el sábado y se puso a enseñar en la sinagoga, la multitud maravillada la escuchaba. (No creo que ahora fuese tan fácil que hiciese algo así).
Todos se preguntaban quién era él.

Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos
enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.

Llamó a los doce y los mandó de dos en dos a los pueblos de los alrededores y dándoles el poder para expulsar a los expiritus.
Les ordenó varias cosas:
-No tomar nada para el camino, fuera de un bastón.
-No llevar pan.
-No llevar alforja.
-No llevar calderilla en la faja.
-Calzados con sandalias
-No vestir dos túnicas.
-Cuando entren en una casa quedarse en ella hasta que se marchen del pueblo.
-Si alguien no os recibe o no os escuchan marchaos de allí sacudíendoos el polvo de vuestros pies, en testimonio contra ellos.

Y marchándose de allí se fueron a predicar que se convirtieran. Expulsaron a muchos demonios y curaron a muchos enfermos.


Marcos6 1-13

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