viernes, 9 de noviembre de 2007

Siempre contra él

Se reunieron algunos fariseos y escribanos junto a él.
Y al ver que sus discípulos comían con las manos sucias. (Que guarros!)
Le preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?»

Y él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está
escrito: = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. = Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.» (Estos Fariseos y escribanos son lo peor...)

Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.
Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Quien tenga oídos para oír, que oiga.» (Y sino quiere oir que no oiga)

Y cuanod se apartó de la gente y comenzó a andar direccion a su casa los discípulos le preguntaban por la parábola. El les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No
comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle, pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?»

Y les continuó diciendo que lo que sale del hombre hace daño al hombre porque de dentro del corazón del hombre salen las malas intenciones como: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas esas perversidades salen de dentro del corazón del hombre. (Si que hay perversidades en los corazones de los hombres....menos mal que en el de las mujeres no...¿o si?)

Marcos7 1-23

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