viernes, 9 de noviembre de 2007

Enseñandole a sus discípulos

Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?»

Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías;otros, que uno de los profetas.»
Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.»

Y les ordenó enérgicamente (les amenazó con su super pistola del futuro) que no hablaran a nadie acerca de él.
Les enseñó que el Hijo del hombre debia sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y los escribas. Que moriría y que resucitaría al tercer día. (cosa que ocurrió)
Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle.

Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»

Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.»




Marcos8 27-38

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